miércoles, 3 de abril de 2013

EL SOMBRERO


La vida de los habitantes de San Francisco del Rincón se divide entre la agricultura, la cría de ganado y los sombreros de palma; pero los sombreros van ganado terreno dentro de la población, por lo que van dejando libres las labores del campo, para los habitantes de las hacienda y rancherías, que ya para entonces, debido a lo fértil de las tierras proliferaron en todo el territorio de nuestro municipio.

Como ha quedado escrito al nacer San Francisco del rincón, también nace la industria del sombrero, pero hecho totalmente a mano; la maquinaria al menos en nuestro pueblo, no se conocía y lógicamente el sombrero aunque resistente, era rústico, muy durable, pero de mal aspecto; tuvo que pasar un largo periodo de tiempo, casi 300 años para que la maquinaria hiciera su triunfal aparición, dando un gran impulso a nuestra industria. El sombrero se perfecciona, la producción se agiliza, los centros de trabajo se multiplican. Ya en plena producción, la industria del sombrero de palma, cuenta con la maquinaría necesaria, vivió sus mejores momentos de los años veinte a los años sesenta y un poco de los años setenta del siglo XX, llegando a convertirse en la capital nacional del sombrero, titulo que aún perdura.
Para enviar el sombrero a lugares lejanos hacía falta un empaque especial, nace entonces el colotero hombre que se dedica a fabricar o tejer colotes donde se empacan los sombreros de palma.

El colote es un canasto tejido de carrizo, su forma es cilíndrica y sus medidas varían como sigue: el ancho del colote es según el ancho del sombrero que se va a empacar, la altura es de aproximadamente 1.50 mts, si es colote completo, si es medio colote su altura es de 60 cm. (medidas aproximadas).

El colote murió al desaparecer el sombrero de palma.

Luego entraron otros materiales, que sustituyeron con ventaja a la palma y el sombrero hecho de palma, sin remedio fue sucumbiendo; ante el embate de otros materiales, fue perdiendo fuerza y poco a poco fue desapareciendo. El sombrero de palma de San Francisco del Rincón sólo queda el recuerdo; añoranza de tiempos lejanos con tinte de romanticismo neto. Como dijo el poeta: “ tiempo aquel que se fue sin sentir por culpa mía por volverlo a vivir otra vez, yo que daría”


Artículo por: Equipo AlJaMaXo
Imagen: Internet

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